De un tiempo a esta parte estamos asistiendo a una preocupación importante por la denominada “Memoria histórica”. Llama la atención esta preocupación por los mismos que hace treinta años decían que había que olvidarlo todo y que el franquismo ya pasó. No es intención nuestra tratar este asunto porque el tema que nos ocupa es otro. Queremos decir que en esta especie de “reconstrucción” el anarquismo únicamente ha ocupado espacio para hablar de él relacionándolo con pistolerismo, delincuencia y violencia en general, y esto incluso dentro del propio entorno libertario. Sin embargo, nada se dice de la obra constructiva del anarquismo. De lo que el mismo supuso en el mundo cultural, cine, teatro… la industria, el naturismo, la sanidad, el urbanismo y, en general en todos los aspectos de la vida.
En nuestra opinión este monográfico tiene enorme importancia porque habla de las realizaciones y de las propuestas anárquicas en lo que a la enseñanza se refiere, más cuando en este año se cumple el centenario del asesinato de Francisco Ferrer a manos del ejercito, instigado por la Iglesia católica, tras un juicio farsa. Santa Madre ésta, ninguna otra organización tiene las manos llenas de sangre como ella.
El monográfico y la presentación corren a cargo de Ana Sigüenza, entrañable compañera de reconocida trayectoria militante en el sindicalismo revolucionario o anarcosindicalismo. Profesora y pedagoga, dedica su vida a la enseñanza y al ideario anárquico.
También es muy oportuno hablar de enseñanza en estos momentos en que los programas de estudios están orientados a la competitividad y la productividad y muy próximos a que sean las corporaciones empresariales privadas las que decidan qué, cómo y quién debe estudiar; sin olvidar la influencia que la Iglesia y la religión tienen en el sistema educativo.
Agradecemos a los compañeros y amigos de La Malatesta la cesión que para este acto nos han otorgado del espacio en la librería. A la vez, les animamos a seguir con la extraordinaria labor que llevan a cabo en la venta, difusión y edición de libros libertarios.
Para finalizar, queremos evocar una idea, no por hermosa menos contundente: “La enseñanza no es llenar un envase vacío, sino regar una hermosa flor para que crezca según su propia naturaleza”.
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